El 9 de noviembre de 1917 se estrena en la Argentina la primera película animada de la historia del cine. Se trata de El Apóstol, un film en blanco y negro realizado por el italiano Quirino Cristiani en un modesto taller de la localidad bonaerense de Bernal. La película es una ácida crítica al presidente argentino Hipólito Yrigoyen. Cristiani realizó a mano los 58.000 dibujos que componen el film, así como también las maquetas en las que se desarrolla la trama. Sólo se conservan algunos fragmentos de la obra, ya que la mayoría de las copias fueron recicladas y, tal como se estilaba en aquellos años, el celuloide fue usado posteriormente para fabricar peines.
