Buques de las armadas peruana, chilena y grancolombiana atacan durante dos años la poderosa fortaleza costera de El Callao, reducto de una guarnición española y refugio del virrey y tropas realistas. Se trataba de un punto estratégico ya que desde allí se podía amenazar la capital peruana recién liberada. El asedio dura dos años y en su transcurso se disparan mas de 30.000 disparos de cañón en los prolongados combates entre los atacantes y defensores. Sin municiones ni alimentos para seguir combatiendo, la fortaleza se rinde el 11 de enero de 1826. Apenas una cuarta parte de los defensores sobrevive al asedio.