El 30 de diciembre de 1923 el astrónomo Edwin Hubble descubrió las estrellas individuales que constituyen la nebulosa de la región externa de la galaxia de Andrómeda, y gracias a la relación luminosidad-distancia que caracteriza a estas estrellas, pudo demostrar que Andrómeda no está en el interior de nuestra Galaxia, sino fuera, y que era un sistema de estrellas completamente similar al nuestro. Hubble introdujo así mismo, un sistema de clasificación de las Galaxias según su estructura. En 1929 comparó las distancias que había calculado para diferentes galaxias con los desplazamientos hacia el rojo, fijados por Slipher para las mismas galaxias. Descubrió que cuanto más lejos estaba la galaxia, más alta era su velocidad de recesión. A esta relación se la conoce como la ley de los desplazamientos hacia el rojo o ley de Hubble; la cual determina que la velocidad de una galaxia es proporcional a su distancia.