Militares bolivianos simpatizantes con el Eje derrocan al presidente Enrique Peñaranda el 20 de diciembre de 1943. Bolivia se había alineado con los Aliados y declarado la guerra a Alemania y sus estados asociados en épocas tempranas de la Segunda Guerra Mundial. El golpe de estado es financiado y apoyado por el gobierno argentino con la complicidad de los servicios secretos nazis que operan en su territorio. El general Gualberto Villarroel asume la presidencia y realiza amplias concesiones sociales a los sectores obreros que le permiten ser electo en las siguientes elecciones generales. Su reforma social y la primera política indigenista positiva de Bolivia es un avance trascendente para los sectores menos favorecidos del país. El 21 de julio de 1946 se desata una rebelión popular y una multitud asalta el Palacio de Gobierno. Villarroel es linchado y su cadáver expuesto en la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz.