La Batalla de Adrianópolis fue un enfrentamiento armado que se libró el 9 de agosto del año 378 a. C. en las llanuras al noroeste de la ciudad romana de Adrianópolis (actual Edirne, en la Turquía europea). En ella se enfrentaron las fuerzas de Fritigerno, jefe de los visigodos, y el ejército del Imperio Romano de Oriente comandado por el propio emperador Valente I, quien murió en la batalla y cuyo ejército fue destruido. La derrota de Adrianópolis tuvo también sus consecuencias en la forma romana de hacer la guerra. Tras la masacre romana, fue imposible recuperar el número de soldados y oficiales perdidos en la batalla y hubo que reestructurar el ejército, abandonando el clásico sistema de legiones. La batalla también demostró la eficacia de la caballería en la guerra, por lo que su número aumentó en los nuevos ejércitos en detrimento de la infantería. Las nuevas unidades de caballería solían estar formadas también por mercenarios bárbaros, fundamentalmente hunos, sármatas o persas, que combatían con espada larga y lanza, quienes fueron a su vez los precursores de los caballeros medievales.