Los presidentes de Argentina y Chile deciden darle una resolución a las disputas limítrofes que han conducido a ambos países al borde de una guerra en más de una ocasión. El 2 de agosto de 1991 los presidentes de Argentina, Carlos Menem, y de Chile, Patricio Aylwin, firman un acuerdo par resolver 24 puntos de delimitación pendientes, previamente fijados por una comisión bilateral a partir del principio de ‘altas cumbres divisorias de aguas’. La región Laguna del Desierto, es sometida a un arbitraje internacional cuyo veredicto en 1994 resulta mayormente favorable a la Argentina. El tratado de 1991 es crucial para delimitar en forma definitiva una de las fronteras de Latinoamérica con mayor potencial conflictivo.