Se conoce como Noche de los Lápices a una serie de secuestros de diez estudiantes secundarios, ocurridos durante la noche del 16 de septiembre de 1976 y días posteriores en la ciudad de La Plata, Argentina. Este suceso es uno de los más representativos dentro de lo que se recuerda como ‘la represión’ impuesta por la dictadura argentina del entonces presidente Jorge Rafael Videla, englobada en el plan del Proceso de Reorganización Nacional, ya que las desapariciones se realizaron sobre estudiantes, en su mayoría, menores de edad. Las víctimas eran en su mayoría militantes o ex-militantes de la Unión Estudiantil Secundaria (UES) de La Plata, esta agrupación, junto a otras habían reclamado en 1975 ante el ministerio de Obras Públicas el otorgamiento del boleto estudiantil secundario, en ese momento inexistente. Aunque oficialmente ningún documento oficial asegura que las desapariciones se realizaron a causa del reclamo por el pedido del boleto estudiantil, y hasta dos de los sobrevivientes niegan la relación directa entre los secuestros y el reclamo estudiantil específico, los diferentes testimonios aportados por los sobrevivientes tanto en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) como en el Juicio a las Juntas intuyen a esta teoría como válida. Tan sólo tres de los estudiantes secuestrados sobrevivieron a las posteriores torturas y traslados impuestos por la dictadura. Aunque algunos grupos de militares retirados niegan los hechos como válidos, el estado argentino -en su totalidad- reconoce su accionar en lo ocurrido. El caso tomo notoriedad pública en 1985 luego del testimonio de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes en el Juicio a las Juntas. Él mismo participó de la creación del guión que llevo la historia en 1987 al cine.