Investigadores de la Universidad de Sheffield desarrollaron un substituto de la sangre al que denominaron ‘plastic-blood’ o ‘sangre de plástico’. Este tipo de sangre sintética puede ser usada en situaciones extremas como en guerras o desastres naturales en los que se necesite gran cantidad ya que es muy barata de fabricar y se puede transportar con mucha facilidad debido a su ligero peso y a que no necesita frío para mantenerse. La primera transfusión de este tipo de sangre se realizó en la Universidad de Minneapolis, el 23 de noviembre de 1979, por el médico francés Jean Baptiste Denis. Este tipo de sangre tiene la misma consistencia que la corre de manera natural por las venas de los seres humanos. Este invento está considerado como un gran avance, debido a sus ventajas para transportarla y por ser totalmente estéril.