La llamada Guerra Chiquita -cuyo alzamiento se realizó en agosto de 1879- constituyó un momento importantísimo dentro de la historia de Cuba. El objetivo era uno solo, lograr la libertad del pueblo cubano. Desde sus inicios la Guerra Chiquita tuvo dos focos principales: el de la emigración, con Calixto García al frente, y el de la zona oriental con Antonio Maceo. A pesar de que estos patriotas se reunieron en Jamaica en agosto del 79, razones subjetivas impidieron la unidad total. Por otra parte, la ausencia en la ínsula de jefes militares de gran importancia para la dirección de la lucha como Maceo y García, la carencia de armamentos y municiones, y de ayuda exterior, condicionaban el desaliento y la falta de fe en la victoria. Posteriormente, en Occidente, los principales dirigentes del levantamiento fueron apresados y en el resto de la nación muchos líderes, entre ellos el propio Calixto García, se vieron forzados a capitular en 1879, lo que provocó el fin de la guerra.
