El contrabandista inglés Robert de apellido Jenkins es arrestado en Cartagena de Indias, ciudad colombiana que en ese entonces pertenecía al virreinato de Nueva Granada. El magistrado colonial Julio Fandiño ordena que le sea cortada una oreja como multa y le dice a Jenkins ‘Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve’. El Parlamento inglés, interesado en controlar la ciudad, toma estos dichos como una ofensa y autoriza a una flota de 186 buques y 27.000 soldados para que capture la ciudad. Se trata de al mayor fuerza anfibia de la historia, superada recién en 1945 por la que se organizara para atacar Normandía. La resistencia de la pequeña guarnición de Cartagena es feroz y las enfermedades a bordo de la flota invasora acaba con la vida de muchos marinos y soldados. Luego de tres años de asedio sin lograr derrotar las defensas de Cartagena, los británicos abandonan el intento de tomar la ciudad.