El 3 de agosto de 1778 se inauguró uno de los hitos culturales más famosos en Italia cuando se presentó por primera vez la ópera Europa Riconosciuta de Antonio Salieri en el teatro La Scala. Fue la primera presentación en el lugar que continuaría siendo una de los más celebrados en la música mundial, reconocido por la calidad de sus producciones y la inflexible naturaleza de sus asistentes. La Scala ha sufrido varias renovaciones en sus 230 años de historia. El daño sufrido durante la Segunda Guerra Mundial necesitaba un completo reacondicionamiento del auditorio, y a principios de los años 2000 todo el edificio sufrió una meticulosa restauración. No obstante, a lo largo de su existencia ha conservado una reputación por su excelencia musical y, como resultado, sus asistentes se ha reconocido por su nivel excepcionalmente alto de expectativa. Por lo general, esto se expresa por los patrones implacablemente vocales, que nunca le temen a la desaprobación vocal. Solo se espera la excelencia de todos los artistas y, en caso de que un cantante no pueda dar una impresión satisfactoria, se espera la ira del público. Con los años, muchos artistas han sufrido con la ignominia de disgustar la incondicionalidad de los milaneses, abandonando el escenario con un coro de ‘buuu’.
