El español Juan de Garay inicia el repoblamiento de Santa María del Buen Aire. Llega al Río de la Plata al frente de una expedición de un centenar de militares y colonos. El asentamiento es protegido por una fortificación para hacer frente a los nativos del lugar y a las posibles incursiones de portugueses e ingleses interesados en dominar la salida del río. Buenos Aires logra convertirse rápidamente en una ciudad pujante gracias al comercio proveniente del Perú que utiliza sus aguas como puerta de entrada y salida de productos. Además, las reses abandonadas por los pobladores durante el anterior intento de colonización se han multiplicado, creando una fuente de riquezas y abastecimiento considerable.