La Conspiración de la Pólvora fue un complot organizado que tuvo como fecha el 5 de noviembre de 1605, por un grupo de provinciales católicos ingleses (Robert Catesby y Guy Fawkes) para matar al rey Jacobo I de Inglaterra, su familia, y la mayor parte de la aristocracia protestante, volando las Casas del Parlamento durante la Apertura de Estado. Los conspiradores habían planeado secuestrar a los infantes reales, no presentes en el Parlamento, e incitaron una rebelión en el lugar. Esta medida pretendía ser la señal para un gran levantamiento de los católicos romanos ingleses, descontentos por las severas medidas penales adoptadas contra ellos, que finalizaría con la instalación de un rey obediente al Papa en el trono inglés. Realizados los preparativos, el Gobierno descubrió la conjura, que acabó con la ejecución de la mayor parte de los conspiradores y sirvió de pretexto para un endurecimiento de las medidas antiromanas. El Complot de la Pólvora fue uno, de una serie de tentativas de asesinato fracasadas contra Jacobo I. Muchos creen que la conspiración fue parte integral de la llamada Contrarreforma Católica. El 5 de noviembre de cada año, en el Reino Unido, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Terranova, Canadá, San Cristóbal y Nevis, algunas partes de Estados Unidos y antiguamente en Australia, se celebra el fracaso del complot. Allí se conoce como la Noche de Guy Fawkes, la Noche de Hoguera y la Noche de Fuegos Artificiales. El descubrimiento a tiempo de la conspiración impidió el derrocamiento de la dinastía protestante de los Estuardo, personificada en Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, y la entronización de un monarca católico, previsiblemente su hijo el príncipe Carlos, debidamente instruido en los dogmas y los misterios de la iglesia de Roma.