La década de los sesenta fue la de las guerrillas y la lucha armada en el país chileno. Pero la victoria electoral de la Unidad Popular que lleva a Salvador Allende a la Presidencia de Chile, el 3 de noviembre de 1970, conmovió la práctica y el pensamiento de la izquierda latinoamericana y mundial. A partir de allí, se inició el denominado camino chileno al Socialismo. Esto estremeció el pensamiento de la izquierda en los inicios de los años 70. La lucha armada fue descartada y se asumió que las viejas estructuras generaran sus propios métodos de perfeccionamiento. El gobierno de Allende, apoyado por la Unidad Popular (un conglomerado de partidos de izquierda), destacó tanto por el intento de establecer un camino alternativo hacia una sociedad socialista, destinado a proyectos como la nacionalización del cobre, la polarización política en medio de la Guerra Fría y una grave crisis económica y financiera. Su gobierno, que alcanzó a durar mil días, terminó abruptamente mediante un golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973, en que participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas y el Cuerpo de Carabineros, tres años antes del fin su mandato constitucional; ese mismo día, luego que el Palacio de La Moneda fue atacado por aviones y tanques, Allende se suicidó.