David Fabricius fue un teólogo luterano y astrónomo alemán que tuvo el mérito de ser uno de los primeros en utilizar un telescopio para observar el cielo. El estudio de las manchas solares así como de la primera estrella variable de la que el mundo occidental moderno tomó registro son sus dos principales hechos destacables en el campo de la astronomía. Se hizo famoso por localizar en 1596 una estrella en la constelación de la Ballena que no había estado antes allí. Por su brillo aparente medio era de tercera magnitud. La estrella resultó ser así la primera de brillo variable de la que se tenga registro en Europa, y se constituyó en una prueba a favor de la imperfección del cielo y en contra de la teoría aristotélica que imperaba en ese momento. Con el tiempo a dicha estrella, Omicrón Ceti, se la denominó Mira (en latín ‘maravillosa’). De manera independiente a Galileo Galilei y junto a su hijo mayor Johannes Fabricius observó las manchas solares a partir de 1611 y las estudió. Pocos datos más hay sobre su vida, excepto que murió asesinado después de denunciar desde el púlpito a un ladrón de gansos: el acusado lo mató con un golpe de pala en la cabeza.