Tres días después de patentar su revolucionario invento, el teléfono, el 10 de marzo de 1876 Graham Bell realizaba la primera llamada telefónica. Esta estaba dirigida a su asistente, Thomas A. Watson, quien se encontraba en otra habitación. Alexander Graham Bell nació en Edimburgo, Escocia, en 1847. Su padre, Melville Bell, creó Visible Speech, un sistema escrito para enseñar a hablar a los sordos, y entrenó al joven Alexander para que se hiciera cargo de la empresa familiar. A comienzos de la década de 1870, Alexander se trasladó a Boston y abrió su propia escuela para formar a profesores de sordos mediante el método creado por su padre. Luego, en 1873, consiguió empleo como profesor de fisiología vocal en la Universidad de Boston. Por esa época, Bell comenzó a experimentar con ondas de sonido, convencido de que era posible transmitir la voz a través de un sistema similar al telégrafo. En 1875, con la ayuda del mecánico Thomas Watson, desarrolló el primer prototipo del teléfono. En febrero del año siguiente solicitó la patente de su invento, la cual le fue otorgada el 7 de marzo de 1876. Unos meses más tarde, realizó demostraciones públicas del teléfono en Boston y Filadelfia, y en octubre consiguió efectuar una comunicación telefónica a una distancia de 3 kilómetros.