Karl Flach es un ingeniero alemán residente en Valparaíso que en 1865 responde al pedido del gobierno de Chile para que fueran creadas armas que permitieran la defensa del país ante el ataque de una escuadra española. Flach crea un submarino de hierro de 12,5 metros de largo construido en hierro. Está armado con dos cañones, uno de ellos en una torreta superior dispuesto para disparar contra la quilla de los barcos. Se movía por tracción humana y era teóricamente capaz de sumergirse por 5 o 6 horas. El día 3 de mayo de 1866, el ingeniero bota su ingenio a las aguas de Valparaíso. Iban a realizar las últimas inmersiones antes de lanzar el submarino a la batalla. Flach viaja junto a su hijo y nueve tripulantes. En el muelle se junta una multitud para presenciar el evento. La nave se sumergió y tras unos minutos desaparece para siempre en el fondo del puerto.
