Sixto III fue Papa de la Iglesia católica entre el 31 de julio de 432 y el 18 de agosto de 440. Su pontificado iniciado tras el Concilio de Éfeso, celebrado en 431, estuvo marcado por el nestorianismo (doctrina que considera a Cristo separado en dos personas, una humana y una divina). Sixto hizo reconstruir la basílica de Santa María la Mayor, que al dedicarla a María como madre de Dios, suponía su aceptación del título de Theotokos que el concilio de Éfeso había otorgado a María en contra de las doctrinas nestorianas. Asimismo veló por la conservación de los derechos de la Santa Sede. Restauró en Roma, las basílicas de Santa Sabina en el monte Aventino y San Lorenzo Extramuros.