El Pacto de Roca-Runciman fue un convenio firmado el 1° de mayo de 1933 por el vicepresidente argentino Julio Roca (hijo), y el presidente del British Board of Trade, Sir Walter Runciman, el encargado de negocios británico. Como producto de la Crisis financiera mundial de 1930, Gran Bretaña, principal socio económico de la Argentina durante la década del treinta, tomó medidas tendientes a proteger el mercado de carnes, incipiente en la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), es decir, sólo compraría carnes a sus colonias, las cuales eran Canadá, Australia y Sudáfrica entre otras. Para evitar que la política comercial inglesa afectara la balanza comercial argentina, el Gobierno del Presidente argentino Agustín Pedro Justo, suscribió este pacto, y luego el Senado lo ratificó en la Ley 11.693, en la cual el pacto aseguraba cuotas de exportación de carne argentina estables, equivalente a la adquirida en 1932 (punto más bajo de la Crisis del 30), afianzando el vínculo comercial con el Reino Unido.