El 2 de junio de 1978 comienza en Argentina uno de los Mundiales de fútbol más controvertidos de la historia de la Copa. Argentina estaba gobernada en esos años por una cruenta dictadura militar, tristemente célebre por haber secuestrado y desaparecido a 30.000 personas. En ese contexto de terror institucional, y con mucha oposición internacional, fue que se desarrolló el torneo. Argentina salió campeón, pero todavía en la actualidad, son muchos los que presumen que existieron turbios arreglos monetarios detrás de esta victoria, tan necesaria para que la dictadura militar, que gobernó entre 1976 y 1983, pudiera ganarse el apoyo del pueblo.