Antes de que se llevaran a cabo los vuelos espaciales tripulados por humanos, diversos animales, entre ellos los monos, fueron lanzados al espacio para investigar los efectos biológicos de una exploración espacial. En 1959, Sam, un macaco rhesus voló en un cohete Little Joe 2 dentro del Programa Mercurio, seguido por Miss Sam, también un macaco rhesus en un cohete Little Joe 1B.