El gran boxeador norteamericano de todos los tiempos, Cassius Clay, ya convertido al islamismo y bajo el nombre religioso de Muhammad Alí, fue reclutado por el Ejército estadounidense para luchar en Vietnam, pero se negó, declarándose “objetor de conciencia”, explicando que su religión no le permitía participar de la guerra. A lo cual agregó, generando gran polémica, que no tenía “ningún conflicto con el Vietcong”, y que nunca un integrante del Vietcong lo había llamado nigger (forma despectiva de nombrar a los afroamericanos muy difundida entre los blancos estadounidenses). Por esta negativa, el Estado neoyorquino decidió quitarle la licencia para la práctica del boxeo, y pocos días después el Gran Jurado Federal de EEUU lo declaró culpable de deserción. Esto generó un caída absoluta en su carrera, a punto tal de que tres años después la Asociación Mundial de Box le quitó su título mundial, que recién recuperaría en 1974.