El 14 de julio marca el aniversario de la implementación de una de las leyes más perniciosas y siniestras del siglo XX. En un día como hoy en el año 1933, el Partido Nazi de Alemania estableció su infame Ley para la Prevención de Progenie con Enfermedades Hereditarias, la primera ley nefasta en el establecimiento de un sistema que permitía el exterminio de millones de personas por el estado. La ley fue la creación de tres figuras importantes en el movimiento de ‘higiene racial’: los eugenistas y genetistas Ernst Rüdin y Arthur Gütt, y el abogado Falk Ruttke. Fueron nombrados por el partido Nazi para redactar una ley que permitiera a la sociedad deshacerse de ciudadanos ‘problemáticos’. El partido opinaba que los enfermos mentales socavaban a toda la sociedad y eran un estorbo para la aspiración de Alemania a ser fuerte, saludable y pura. La conclusión diabólica de esta política, la llamada Solución Final, fue el establecimiento de los campos de la muerte en la Europa controlada por los nazis, en donde se asesinaron a millones de ciudadanos ‘no deseados’ bajo el programa T4. Los judíos, comunistas, gitanos, homosexuales, junto con los enfermos mentales, fueron reunidos de forma sistemática y enviados a la muerte, y se consideraban no merecedores de vivir, según un régimen convencido de su superioridad racial.