Un día como hoy en el año 1056, después de que una enfermedad repentina debilitara a la gobernante del Imperio Bizantino, de 76 años de edad, muere la emperatriz Teodora sin dejar descendencia que la suceda en el trono. Con su muerte culminó la dinastía macedónica del Imperio Bizantino. Coronada Emperatriz del Imperio Bizantino en 1055, el reinado de Teodora fue corto, pero fue una de las mujeres más influyentes de la historia del Imperio Bizantino. Su reinado se destacó por su sólida administración, debido a que tomó medidas enérgicas contra la corrupción y puso freno a los abusos administrativos en el imperio. En un esfuerzo por centralizar el poder, también se hacía presente en el Senado y escuchaba las solicitudes como juez supremo. (Casualmente, también era conocida por ser excesivamente severa con sus enemigos y por haber cegado y prohibido a varias personas de la corte.) Pero después de un poco más de 18 meses de gobierno, Teodora enfermó gravemente y murió unos días más tarde, el 31 de agosto de 1056, a la edad de 76 años. Al no tener hijos que la sucedieran en el trono, había elegido como su sucesor a un ex militar, ministro de finanzas, Miguel VI Bringas. Pero por su falta de relación con la dinastía macedónica fue rechazado. Por eso, con la muerte de Teodora culminó la dinastía Macedónica.
