Tras la disolución de la Confederación Perú Boliviana, el estado boliviano entra en un periodo de guerra civil. El presidente peruano aprovecha la circunstancia para entrar con sus tropas en territorio boliviano, hecho que provoca una tregua entre los grupos contendientes del altiplano y su unidad para hacer frente a la invasión. Los ejércitos se enfrentan en llanuras de Ingaví. La batalla resulta favorable a los bolivianos y Gamarra muere durante los combates. Las tropas bolivianas entran en territorio peruano y ocupan las provincias de Tacna, Arica y Tarapacá. El tratado de Paz de Puno firmado por la intercesión del gobierno de Chile da fin a las hostilidades el 7 de junio de 1842.