Un día como hoy en el año 615, K’inich Janaab Pakal ascendió al trono de la cuidad-estado maya de Palenque a la edad de 12 años. Durante su reinado de 68 años, Pakal supervisó la construcción de alguno de los monumentos arquitectónicos más notables de Palenque y se lo considera el rey maya más famoso. Después de 68 años de gobierno, Pakal murió a la edad de 80 años y el trono pasó a su hijo mayor K’inich Kan B’alam. Pakal se convirtió en una deidad y fue enterrado en el Templo de las Inscripciones. Allí, Pakal descansó sin ser molestado hasta que el arqueólogo mejicano Alberto Ruz Lhuillier descubrió su tumba en 1948, tras cuatro años de trabajo para limpiar los escombros de la escalera que llevaba hacia su tumba. Lhuillier también descubrió como abrir la tumba del gran gobernante, cerrada por un sarcófago con tapa de losa magníficamente tallada y con tapones de piedra en los orificios. La tapa del sarcófago tallada es una pieza famosa del arte clásico maya y se cree que representa el descenso de Pakal al inframundo maya. El esqueleto de Pakal todavía se encontraba en el ataúd y llevaba una máscara de jade y collares de cuencas, estaba rodeado de esculturas y relieves de estuco que representaban su transición a divinidad con escenas de la mitología maya.
