Las relaciones entre Cortés y Xicohténcatl Axayacatzin fueron difíciles desde sus primeros contactos. Pocos dirigentes indígenas como éste, se dieron cuenta del drama de la conquista. Cuando Cortés estaba en Texcoco para poner sitio a Tenochtitlan, Xicohténcatl dejó el ejército aliado porque contradecía sus convicciones libertarias pero también se cree que salió para conseguir provisiones y por tal motivo fue acusado de traición. Cortés logró que la señoría de Tlaxcala permitiera que se lo apresara y ahorcara, lo mandó prender y ahorcar cerca de Texcoco, el 12 de mayo de 1521. Está considerado como uno de los símbolos de la resistencia de los pueblos originarios mesoamericanos por su valor y sagacidad en la resistencia al embate de los españoles.