En la mañana del 25 de junio, una fuerza de 1.600 soldados británicos comandados por el general William Beresford desembarca al sur de Buenos Aires. Decididos a controlar el Río de la Plata, los ingleses envían una gran flota para apoyar la invasión. Tras un breve combate contra las escasas y mal preparadas milicias coloniales, los ingleses ocupan la capital del virreinato. Una expedición al mando de Santiago de Liniers organizada en Montevideo ataca Buenos Aires. El general Beresford se rinde el 20 de agosto siguiente tras un prolongado combate casa por casa en el que toma parte la mayoría de los 45.000 pobladores de la ciudad.