En este día en 1944, Adolf Hitler da un mensaje por radio para anunciar que el atentado contra su vida ha fracasado y que ‘las cuentas se liquidan.’ Hitler había sobrevivido a la explosión de una bomba que estaba destinada a quitarle la vida. Había sufrido perforación de tímpanos, algunas quemaduras y heridas menores, pero nada que le impidiera recuperar el control del gobierno y la búsqueda de los rebeldes. De hecho, el golpe de Estado que iba a acompañar el asesinato de Hitler fue sofocado en pocas horas. En Berlín, el mayor del Ejército Otto Remer, fue a detener a Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, creyendo que Hitler estaba muerto. Pero Goebbels tenía otra noticia para Remer: Hitler estaba vivo. Y lo demostró, al poner al líder al teléfono (los rebeldes habían olvidado de cortar las líneas telefónicas). Hitler dio entonces a Remer órdenes directas para sofocar cualquier rebelión del ejército y seguir sólo sus órdenes o las de Goebbels o Himmler. Remer dejó ir Goebbels y el SS pasó a la acción al llegar a Berlín, en medio del caos para convencer a muchos oficiales alemanes de alto mando a permanecer leales a Hitler.