El trasfondo de la Guerra Civil en Finlandia tiene origen en la polarización política causada por el conflicto entre la Rusia imperial y el autónomo Gran Ducado de Finlandia, el cual comenzó el 27 de enero de 1889, como resultado del paneslavismo ruso, y se intensificó en 1899 con la intentona de rusificación de Finlandia. Como consecuencia, el ejército de Finlandia fue abolido. Hasta entonces, el senado de Finlandia había seguido una política conservadora-lealista hacia Rusia, apuntando a asegurar los intereses nacionales vitales de Finlandia a través de la autonomía doméstica. Fue reconocido ampliamente que ‘el pueblo’ debe ser divertido de los arranques radicales, lo cual podría molestar a la corte imperial en San Petersburgo. Como esta política colapsó, la Izquierda y la Derecha comenzaron a radicalizarse.