El creciente peso económico de EE.UU. lo impulsó a ampliar su influencia en el Caribe. Dispuesto a proteger sus intereses en Cuba de la inestabilidad provocada por los movimientos independentistas de la isla, Washington envía el buque de guerra Maine al puerto de la Habana. El 15 de febrero de 1898 la nave norteamericana estalla por causas desconocidas. Washington culpa a los españoles y manda una fuerza militar de 3.500 hombres a Cuba y Puerto Rico. Siete meses mas tarde España es derrotada y accede a otorgar la independencia a Cuba y ceder Puerto Rico, que pasan a ser un protectorado norteamericano.