El Perú y Ecuador sostuvieron, desde su independencia a principios del siglo XIX y hasta 1998, una disputa territorial sobre regiones amazónicas y de los Andes, que ha constituido el más largo conflicto de estas características en el hemisferio occidental. El enfrentamiento se convirtió durante dos siglos en el principal factor que permeó las relaciones peruano-ecuatorianas en todos los aspectos más allá del ámbito militar y diplomático. La guerra peruano-ecuatoriana o también conocida como la Guerra del 41 por el año en que se desató, fue una de las tres disputas armadas libradas entre estos países latinoamericanos. Comenzó el 5 de julio de 1941 y terminó formalmente el 31 de julio del mismo año, mediante la firma del Protocolo de Río de Janeiro, diseñado para poner punto final al enfrentamiento entre ambas naciones. Ecuador, tuvo que aceptar la libre navegación por el río Amazonas y sus afluentes septentrionales, derecho consagrado en el Protocolo, e incluso un permiso para establecer dos embarcaderos comerciales en sus orillas. A partir de la firma de la paz, los dos pueblos reconocieron todo lo que tienen en común en cuanto a historia, cultura y pasaron a considerarse efectivamente como hermanos.
