Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el oficial nazi Erich Priebke huye a la Argentina como muchos de sus camaradas acusados de crímenes de guerra. En su paso por la guerra, fue responsable de la Masacre de las Fosas Ardeatinas en las que las tropas alemanas asesinaron a 335 italianos. Priebke se radica en la ciudad argentina de Bariloche, en donde no esconde su pasado nazi al igual que muchos otros fugados que llegaron con la anuencia de las autoridades locales. En 1994, un corresponsal de la cadena norteamericana ABC revela el pasado del Priebke. El 21 de noviembre de 1995 es extraditado a Italia para ser juzgado por su responsabilidad en la masacre de las Ardeatinas. En marzo de 1998 recibe una condena a cadena perpetua.