El 2 de agosto de 1922 fallecía en Canadá el inventor Alexander Graham Bell, a los 75 años de edad. Es conocido por crear el teléfono, entre otros grandes aportes a las telecomunicaciones. Nació en Edimburgo, Escocia, en 1847. En su juventud trabajó con su padre, Melville Bell, responsable de la creación de Visible Speech, un sistema escrito para enseñar a hablar a los sordos. Este trabajo ejerció una fuerte influencia en Alexander y una base de conocimientos para sus posteriores investigaciones. A comienzos de la década de 1870, Alexander se trasladó a Boston, Estados Unidos, y abrió su propia escuela para iniciar a profesores en el método Visible Speech, creado por su padre. Pocos años después, mientras se desempeñaba como profesor de fisiología vocal en la Universidad de Boston, con la convicción de que era posible transmitir la voz por medio de un sistema similar al telégrafo, comenzó a experimentar con ondas sonoras. Diseñó el primer prototipo del teléfono en 1875, con la ayuda del mecánico Thomas Watson. El 7 de marzo del año siguiente obtuvo la patente de su invento. 3 días después realizó la primera llamada telefónica, dirigida a Watson, quien se encontraba en otra habitación. En octubre de ese mismo año logró realizar una comunicación telefónica a una distancia de 3 kilómetros.