Se denominó fiebre del oro a un período de migración apresurada y de forma masiva de trabajadores hacia áreas más rústicas, en las que se había producido un descubrimiento espectacular de cantidades comerciales de oro. Suele referirse en especial al que se produjo en California a partir del 24 de enero de 1849. Las fiebres del oro constituyeron un rasgo de la cultura popular del siglo XIX. Los factores que indujeron a muchos a abandonar sus empleos y modos de vida convencionales en busca del oro son de variada índole: relativas mejoras en las redes de transporte, mejoras en los medios de comunicación, que contribuyeron a extender noticias y rumores, cierta insatisfacción social y un sistema monetario internacional basado en el patrón-oro.