Catalina II, apodada Catalina la Grande, por sus conquistas al norte del Mar Negro. En 1744 Isabel I de Rusia, a falta de sucesores directos, la escogió como esposa para su sobrino Pedro III, a quien nombró ese mismo año heredero del trono ruso. Convencida de la importancia del papel que protagonizaría en su nuevo país, no escatimó esfuerzos para aprender la lengua. A raíz de la muerte de su esposo el Pedro, el 8 de febrero de 1748 Catalina tomó el poder. Por su estrategia de política interior y exterior intentó una europeización del país, y otorgó a la nobleza un puesto relevante que hasta ese momento no habían tenido.