Batalla de San Quintín fue el combate librado el 10 de agosto de 1557 entre los ejércitos españoles e imperiales, al mando de Manuel Filiberto de Saboya, y las tropas francesas del almirante Gaspar de Coligny, cuando Francia se puso como objetivo invadir y dominar el territorio español, objetivo que resultó frustrado, pues la batalla finalizó con la victoria hispano-imperial, murieron el conde de Turena y el duque de Enghien. La Batalla de San Quintín se enmarcó en el último periodo del enfrentamiento entre las casas de Habsburgo y de Valois, conflicto que el nuevo rey de España Felipe II recibió como parte de la herencia de la política internacional de su padre, el emperador Carlos V. La quinta guerra de este largo conflicto tuvo su inicio en las disputas políticas y jurisdiccionales entre la Monarquía Hispánica y el papa Pablo IV. El rey francés, Enrique II, encontró en ellas la ocasión de aliarse con el Papado y de volver a cuestionar la hegemonía de los Habsburgo en Europa.