El biólogo, farmacólogo y botanista escocés Alexander Fleming fallecía en Londres, un día como hoy, en el año 1955. Se lo reconoce internacionalmente por haber descubierto la penicilina, obtenida a partir del hongo Penicillium notatum. Nació en East Ayrshire el 6 de agosto de 1881. Durante la Primera Guerra Mundial, mientras se desempeñaba como médico militar, el científico quedó profundamente impresionado por el gran número de muertes por gangrena, producida a partir de heridas de bala. Al finalizar la guerra, Fleming dirigió sus estudios a encontrar un antiséptico para tratar estas infecciones. En 1928 Fleming descubrió, por accidente, la penicilina, una sustancia natural con efectos antibacterianos. Sin embargo, en aquel momento no recibió el reconocimiento ni los recursos necesarios para profundizar en las investigaciones. Poco tiempo después, los científicos Howard Walter Florey, Ernst Boris Chain y Norman Heatley crearon un proceso de extracción y purificación de la penicilina. De esta manera, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, se inició en Estados Unidos la producción industrial de la sustancia. Por sus investigaciones, Fleming, Florey y Chain fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina de 1945. Fleming se negó a patentar su hallazgo, ya que creía que eso facilitaría la difusión del medicamento.