Tras el siglo XVI, Portugal vio perder gradualmente sus riquezas. Pese a que Portugal era oficialmente un estado autónomo, el país se encontraba bajo el dominio de la monarquía española desde 1580 hasta 1640, lo que provocó que muchas de las colonias portuguesas fueran atacadas por enemigos de España como Holanda e Inglaterra. El 18 de diciembre de 1961, tras la pérdida de Goa (colonia portuguesa), invadida por tropas Indias, aparecieron guerrillas independentistas en Angola y Mozambique, dando inicio a una larga guerra colonial que poco después se extendió a Guinea-Bissau. El desgaste por la guerra en tres frentes llevó a que una parte del ejército diese un golpe de Estado en 1974, y prometiese la descolonización. Las colonias africanas, junto a Timor Oriental, Santo Tomás y Príncipe y Cabo Verde se independizaron en 1975. La última colonia portuguesa, Macao, dejó de estar bajo los dominios lusos en 1999, cuando se incorporó a China.