La inyección letal se utilizó por primera vez en el estado de Texas (Estados Unidos) el 7 de diciembre de 1982. Rápidamente lo adoptaron otros estados, cuyas autoridades la consideraron más humana que la silla eléctrica y la cámara de gas. En 38 estados, de los 50 que tiene este país, se admite la pena capital como castigo, y en todos ellos puede utilizarse la inyección letal, salvo en uno. El Centro de Información sobre la Pena de Muerte, con sede en Washington, indicó que ese método ya se utilizó para ejecutar a 901 personas en los Estados Unidos. En 2004 lograron suspender todas las ejecuciones en este estado. Esa interrupción se mantiene hasta hoy. En el 2006, la controversia acerca de ese método de ejecución llegó hasta la Corte Suprema de Justicia estadounidense, que dictaminó que se podía recusar su constitucionalidad.