Un día como hoy, en el año 1918, se firmaba en Francia el Armisticio de Compiègne entre los Aliados y Alemania, con el objetivo de poner fin a las hostilidades en el frente occidental de la Primera Guerra mundial. Los principales firmantes fueron el mariscal Ferdinand Foch, comandante en jefe de las fuerzas de la Triple Entente, y el representante alemán, Matthias Erzeberger. Cerca de 9 millones de soldados perdieron la vida, 21 millones resultaron heridos y casi 10 millones de civiles murieron, indirectamente, víctimas de la guerra. Los dos países más afectados fueron Alemania y Francia, quienes enviaron a los campos de batalla aproximadamente al 80% de su población masculina entre los 15 y 49 años de edad. Después del armisticio, en 1919 fue firmado el tratado de paz de Versalles, en el que se obligaba a Alemania a reducir sus tropas a la mitad, pagar grandes indemnizaciones a los países vencedores, ceder la totalidad de sus colonias y devolver Alsacia-Lorena a Francia. Sin embargo, el tratado no tuvo éxito: Alemania manifestó que había firmado el armisticio con falsos pretextos, creyendo que la paz era una “paz sin vencedores”. El resentimiento de Alemania hacia el tratado y sus autores se considera una de las causas de la Segunda Guerra Mundial, ocurrida dos décadas más tarde.