El 11 de noviembre de 1997, en la 29ª sesión de la Conferencia General de la UNESCO, se aprobó unánimemente la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, luego de 9 años de preparación, participaron el Comité Internacional de Bioética (CIB), órgano independiente que reunió a personalidades del mundo científico, jurídico, filosófico, político y económico, además de un Comité de expertos gubernamentales de 81 estados miembros de los 186 actuales de la UNESCO. Define esta Declaración, que el Genoma Humano es la base de la unidad fundamentalmente de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad y que cada individuo tiene derecho al respeto de su dignidad y derechos, cualesquiera que sean sus características genéticas, respetándose el carácter único de cada uno y su diversidad.