El I.Ae. 27 Pulqui I desarrollado por la Fabrica Militar de aviones se convierte en el primer jet de combate desarrollado en América Latina. En su desarrollo participaron ingenieros argentinos con el asesoramiento del experto en aviación francés Emilie Dewoitine, un reconocido diseñador aeronáutico que había huido de su país acusado de colaborar con los nazis. El prototipo voló por primera vez al mando del coronel Edmundo Weiss el 22 de septiembre de 1947 y convirtió a la Argentina en la primera nación periférica en desarrollar un avión militar a reacción. El Pulqui era capaz de volar a 15.500 metros de altura y tenía un alcance de 900 kilómetros. Era impulsado por una turbina Rolls Royce Derwent 5 que lo impulsaba a una velocidad de 750 Km./h. Posteriormente se desarrolló una nueva versión, el Pulqui II, con ayuda de científicos alemanes liderados por Kurt Tank que incorporaron tecnología desarrollada por el Tercer Reich durante la Segunda Guerra Mundial. Presiones de EE.UU. y Gran Bretaña junto a escollos tecnológicos no superados obligaron a cancelar ambos proyectos en 1959. Los prototipos son exhibidos en el Museo Nacional de Aeronáutica situado en las afueras de la ciudad de Buenos Aires.