Desconocidos profanan la tumba del ex presidente argentino Juan D. Perón en el cementerio porteño de la Chacarita. Al menos una docena de individuos destroza el féretro de Perón y corta las manos del cadáver. El hecho provoca una enorme conmoción en la sociedad argentina. La ausencia de un grupo que reivindique el atentado da lugar a diversas hipótesis para explicarlo. Se habla de rituales esotéricos, la búsqueda de un anillo que abriría una bóveda colmada de dinero en Suiza y de grupos políticos interesados en provocar un ambiente de incertidumbre política. La investigación judicial nunca puede establecer los móviles del ataque, ni el nombre de sus perpetradores. Las manos de Perón jamás volvieron a aparecer.