Una partida de piratas al mando de Aymas Preston se dirige a Caracas para saquearla. Un traidor de apellido Villapando, les ha enseñado un camino remoto para esquivar los fuertes que guardan a la ciudad. Pero un anciano caballero llamado Alonso Andrea de Ledesma se les interpone vestido con sus relucientes yelmo y coraza. A pesar de ser viejo y no tener posibilidad alguna de frenar la invasión, hace frente a medio centenar de adversarios y logra herir a algunos de ellos antes de caer bajo los sables corsarios. La historia del valiente hidalgo se conoció pronto en toda España. Miguel de Cervantes, que en aquellos días empezaba a escribir Don Quijote de la Mancha, quizás se haya inspirado – como creen algunos historiadores – en esa anécdota para crear su obra maestra.