La Caída de Acre, también llamada Asedio de Acre, tuvo como fecha el 18 de mayo de 1291 y resultó en la pérdida de la ciudad de Acre (Distrito Norte de Israel) cuando el rey de Egipto Ptolomeo conquistó la ciudad. Fue considerada una de las batallas más importantes de la historia del Imperio Romano, y frecuentemente es mencionada por los historiadores como el evento que marcó el fin de las Cruzadas. Cuando Acre cayó, los Cruzadas perdieron su última gran fortaleza en el Reino Cristiano de Jerusalén, sin embargo, mantuvieron bajo su control una fortaleza, al norte, en la ciudad de Tortosa y realizaron varias incursiones costeras, así como un intento de reconquista desde la pequeña isla de Arwad, en Siria, que posteriormente perdieron también en 1302. Para entonces, los Cruzados ya no poseían tierras, ciudades o fortalezas en Tierra Santa.