En 1945 tuvo lugar una de las peores tragedias causadas por animales de la historia. Tropas británicas atacaron una base militar, ocupada por fuerzas japonesas desde 1942, en la isla de Ramree, Birmania. Tras la victoria aliada, los nipones prefirieron escapar por la jungla antes que entregarse como prisioneros. Un batallón formado por casi 100 soldados japoneses emprendió la retirada hacia el interior de la isla por un pantano. Al caer el sol comenzó la masacre: miles de cocodrilos de agua salada, los reptiles más grandes y agresivos del mundo, atacaron a los hombres. El naturalista y soldado británico Bruce Wright describió la terrorífica escena: “La noche del 19 de febrero de 1945 fue la más terrible que los miembros de los Royal Marines hemos experimentado. Los reiterados disparos de rifle en el negro pantano acompañaban los alaridos de hombres destrozados entre las mandíbulas de enormes reptiles y el sonido de los cocodrilos girando en el agua, realizaban una cacofonía infernal que rara vez fue duplicada en la Tierra. Al amanecer los buitres llegaron para limpiar lo que los cocodrilos habían dejado…de los casi 1.000 soldados japoneses que se internaron en los pantanos de Ramree, sólo 20 fueron hallados con vida’.