En esa fecha las tropas chilenas ocupan Antofagasta, en ese entonces perteneciente a Bolivia, hecho que desencadena una reacción bélica del país invadido y su aliado peruano. El conflicto se origina en la explotación de los yacimientos de salitre y de guano en la región de Atacama, un fertilizante sumamente codiciado en esos días. Las fuerzas chilenas logran importantes victorias y ocupan Lima en enero de 1881. Bolivia se había retirado del conflicto en 1880 tras sucesivas derrotas. La guerra termina el 20 de octubre de 1883 con la victoria chilena. Bolivia pierde su litoral marítimo y Perú sus provincias sureñas, anexadas por Chile. El conflicto provoca unos 23.000 muertos en ambos bandos.