Los presidentes de facto de Bolivia, Hugo Banzer y de Chile, Augusto Pinochet, firman el acuerdo de Charaña el 8 de febrero de 1975. En el documento los mandatarios reestablecen las relaciones diplomáticas entre ambos países, interrumpidas desde décadas atrás. También se preveía la creación de un corredor terrestre para que los productos bolivianos encontraran una ruta de exportación marítima, en un intento de dar respuesta a la mediterraneidad de ese país arrastrada desde su derrota en la Guerra del Pacifico. Fue una pausa en una disputa ya centenaria, que provocó la reacción diplomática de Perú por considerarse excluido de un asunto que le afectaba estratégicamente. El 17 de marzo de 1978, Hugo Banzer anunció una nueva ruptura de relaciones con Chile ante la ausencia de avances concretos en lo dispuesto por el acuerdo de Charaña.