Jacobo II fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda desde el 6 de febrero de 1685 hasta su deposición en 1688. Fue el último monarca católico en reinar sobre lo que sería el Reino Unido. Algunos de sus súbditos sintieron gran desconfianza por sus políticas religiosas y alegaban que había caído en el despotismo. Fue substituido no por su hijo católico, Jacobo Francisco Eduardo, sino por su hija mayor y yerno protestantes, María II y Guillermo III, quienes fueron proclamados reyes en conjunto. Jacobo II, además, fue el último soberano de Escocia en utilizar el título de Rey de los Escoceses, que había sido empleado desde la unificación del reino en el año 843. Sus herederos pretendientes al trono tomaron el nombre de Jacobitas y durante muchos años pelearon sin lograrlo por la restauración dinástica.